lunes, 29 de junio de 2009


En el equipo Seco Moto no solo hay pilotos,
sino que detras hay un monton de profesionales
de la empresa dedicado exclusivamente a cuidar hasta
el mas minimo detalle, desde la preparación de la Moto
hasta la preparación fisica, sin olvidar al equipo de
recursos humanos, que organizan y preparan todo para que
salga a la perfección.
Gracias a estas personas, el Team Seco Moto esta consiguiendo execelentes resultados, con grandes aspiraciones a llegar aún
mas lejos.
Oficialmente, la Federación Motociclista Venezolana nació en junio de 1950, presidida por el Dr. Jesús Reina Morales, quien para entonces era un entusiasta deportista amante de todas las disciplinas a motor en nuestro país. Ese mismo año es reconocida por la Federaciön Motociclista Internacional.
La actividad inmediatamente ganó adeptos y los nombres de Lambert Danzer, Maurizio Marcotulli, Agustín Cangas y Pablo Mihalka, entre otros, se cuentan entre los primeros campeones.

En 1953 se produce la primera victoria nacional en pistas del extranjero, cuando Pablo Mihalka se impone en Lima, Perú, en la clase 350cc, éxito que luego repetiría al año siguiente el sensacional José Antonio "El Negro" Vivas tanto en 350cc como en 500cc. Debuta también un joven caraqueño llamado Pedro José Betancourt, llamado a ser uno de los máximos ídolos del motociclismo venezolano.
La joven gloria del ciclismo nacional, Julio César León, asume la presidencia de la FMV en 1955 y la lucha en los improvisados circuitos citadinos se extiende a las principales ciudades del país.
Marcas como Ducati, Norton, Mv Agusta, AJS sustituyen a las Gilera y Matchless de comienzos de la década. Ferrucio y Benigno Dalle Fusine, Adamo Tursini, Andrea Ippolito, Mario Ciccarelli, son sólo algunos de los valientes hombres con trajes de cuero que acaparan las preferencias de los aficionados, si bien la figura de José Antonio Vivas es la que más impacta por su arrojado estilo, alegrías y emociones que deja de ofrecer al sufrir un accidente mortal en Los Próceres, en 1958.

Durante los primeros años sesenta las carreras sufren un receso debido a la prohibición de la importación de motocicletas de alta cilindrada, destacándose como evento principal la Vuelta a Venezuela, donde llegaron a participar pilotos japoneses.
En 1967 y 1968 vuelven las grandes pruebas a Caracas, además de registrarse nuevas victorias
en los Bolivarianos de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. También sobre finales de esa década hace su aparición el motocross, modalidad que de inmediato causaría furor entre la juventud.

En la década del setenta se construyen los primeros circuitos permanentes en San Carlos, Turagua y Maracaibo y es sobre su asfalto donde comienza a formarse la joven figura del caraqueño Johnny Cecotto, quien debutó en 1972 en las calles de Barquisimeto y apenas tres años después regresaba de Europa con el título mundial en la clase 350cc. Un fenómeno que cambiaría el motociclismo continental.
El corredor y empresario Andrea Ippolito deja las motos para concentrarse en el desarrollo de la nueva figura, a la vez de asumir la presidencia de la FMV, años en los que se logran no sólo las victorias más resonantes a nivel mundial gracias a pilotos como el propio Cecotto, Lavado, Palazzese y Nannini, sino que Venezuela es sede de 3 válidas del Campeonato del Mundo de Velocidad entre 1977 y 1979, además de unas 200 Millas en 1976.
Por otro lado, Ippolito es el primer presidente de la Unión Latinoamericana de Motociclismo, fundada en 1974, siendo el primer ente continental reconocido por la FIM.
En 1977, bajo su presidencia, la FMV logra organizar el primer Congreso de la FIM fuera de Europa en la ciudad de Caracas.
Los motocrossistas no quieren quedarse atrás y las figuras de Fernando Macía, Claudio Ippolito, Valentino Zolli, Tomás Goinger, Alfredo y Gustavo Herrera, Freddy y Enrique Brandt, Francis Meza, Chicha Dorta, entre muchos otros, buscan ascender en el campo internacional, pero ninguno como Ricardo Boada, quien marcó una época con su arrojado estilo.
El trial también comienza a sortear sus primeros obstáculos y los triunfos en el ámbito latinoamericano no se hicieron esperar.

Ya en los ochenta, lo que para entonces se conoce como Cross Country, poco a poco va tomando forma en el Todo Terreno, simplificado luego con el nombre de Enduro.
En la misma década Carlos Lavado Jones se encarga de pasear el pabellón tricolor por las pistas del planeta y sus dos títulos mundiales en la clase 250cc lo convierten en uno de los mejores pilotos en la historia de esa categoría.
En 1983 se alza con su primer cetro, el cual no puede disfrutar a pleno porque ese mismo año falleció su mentor Andrea Ippolito.
1988 marca el retorno de las grandes pruebas mundialistas a nuestro país, gracias a la construcción del Crossódromo Andrea Ippolito de la ciudad de Maracay, en el estado Aragua, instalación que resultaría un modelo a seguir en todas las pistas del planeta.

El Mundial de 250cc se disputó hasta 1999, temporadas en las cuales los pilotos venezolanos continuaron cosechando decenas de triunfos en el ámbito continental en todas las modalidades.

La entrada del nuevo milenio marca una nueva etapa de retos para la FMV que preside Vito Ippolito, a su vez vicepresidente de la Federación Internacional de Motociclismo, pero especialmente apunta a la formación de nuevas figuras, que sustituirán en un futuro inmediato a nombres que han escrito brillantes páginas en nuestra disciplina, orgullosa de su historia y reconocida como una potencia en el entorno continental, y, por qué no, si las condiciones y los protagonistas lo ameritan, retornar por la puerta grande a los escenarios mundialistas.

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